Hace ya algunos años
—no importa cuántos— tuve una discusión con uno de mis mejores amigos sobre
cuál era el mejor comienzo de canción que jamás hubiésemos escuchado. Yo, por
aquel entonces, no tenía duda: para mí el mejor inicio era el de la canción Money for nothing, de los Dire Straits.
Algunos años después muchas cosas han cambiado, pero hay otras que hasta ahora nadie ha conseguido cambiar.
Por aquella época
utilizaba esta canción para relajarme antes de un examen. Que por la tarde tocaba
examen importante, pues yo no salía de casa sin antes escuchar a todo volumen
el comienzo de esta canción. Me relajaba, me daba energía, me llenaba de
confianza.
Sin embargo, mi amigo
no estaba de acuerdo. En su opinión, el mejor comienzo de canción era el de When doves cry, de Prince. Por aquel
entonces yo apenas conocía nada del genio de Minneapolis, pero gracias a que mi
amigo me grabó una cinta, descubrí un buen puñado de canciones que primero me
sorprendieron, luego me gustaron y finalmente pasaron a formar parte de la
banda sonora de mi vida, ésa que está formada por todos aquellos temas que nos
transportan a otros tiempos, normalmente maravillosos, ya que la memoria —hablo
de la mía— tiende a despedazar los malos recuerdos. O, al menos, a esconderlos
debajo de la almohada.
Tengo que reconocer
que el comienzo de When doves cry es impecable.
Primero la guitarra, potente, luego se une la batería, una voz —que supongo que
será la de Prince— haciendo un breve «yeah» y luego los teclados interpretando
una melodía pegadiza e inolvidable. Todo ello como preludio a la primera estrofa. En general
es una de mis canciones favoritas de Prince, y no tengo problemas en admitir
que su comienzo es francamente bueno.
No obstante, muchos
años después sigo apostando por el inicio de Money for nothing. Nada como la voz de Sting cantando eso de «I
want my MTV». Nada como ese preludio largo, a modo de obertura, en el que se van añadiendo instrumentos,
algunas veces de forma confusa, y al que se incorporan muy lentamente primero
la batería y luego la guitarra. El éxtasis se va acercando cuando los
instrumentos y la batería comienzan a subir de volumen e intensidad hasta
llegar a su punto álgido. Es entonces cuando todo queda por unos breves
instantes en silencio, hasta que entra la guitarra. Ese solo de guitarra,
rompiendo el silencio y haciendo una de las melodías más famosas para guitarra
de todos los tiempos, me sigue poniendo los pelos de punta. Ufff, tengo que
reconocer que todavía me estremece.
Money
for nothing todavía me insufla vida, optimismo,
confianza, y qué duda cabe que no sería lo mismo sin su comienzo prodigioso.
Supongo que todos tenemos
nuestro «comienzo de canción» favorito. ¿Alguna sugerencia?
Los comienzos de esas canciones son muy buenos, pero para mí el mejor es el de Where the streets have no name, de U2.
ResponderEliminarde acuerdo 100% con tu amigo! jaja... soy otro fan de Prince así que no tengo dudas... bueno, en verdad, cuando leía la entrada me acordé de algunos comienzos vocales de Freddie en Queen y se me hizo difícil (Its a hard life o Breakthru por ejemplo), pero bueno, Prince es Prince....
ResponderEliminarte dejo un trailer de una peli vieja que a los 0:40 te vas a reír (no se lo muestres a tu amigo je)... salu2
https://www.youtube.com/watch?v=XlAsMAVLAZE
Ja,ja, muy bueno el vídeo. Veo que la discusión Prince vs. Dire Straits no es nueva. He descubierto una nueva utilidad para los discos de Dire Straits: cortar la cabeza a los zombies. Muchas gracias por compartirlo JLO. Saludos.
ResponderEliminarcuando lloran las palomas excelente solo de guitarra....una de u2 de la banda sonora de batman..que inicia con la palabra: kill me.....cancion de amor de tesla es muy buena en su intro
ResponderEliminarLa canción de U2 que dices es Hold me, Thrill me, Kiss me, Kill me, que formó parte de la banda sonora de Batman Forever. Un gran tema con un comienzo bastante bueno. Y la introducción de la canción de Tesla que mencionas, Love Song, es realmente preciosa. Muchas gracias por tu aportación.
Eliminar