Turbadora.
Creo que es el mejor adjetivo para describir la película de la directora Lynne
Ramsay basada en el libro de Lionel Shriver. Una cinta inquietante que analiza
si el mal puede ser innato; si algunas personas son malas desde que nacen y el
tiempo simplemente se encarga de transformarlas en monstruos. A pesar de la
educación de una madre paciente y dedicada. O debido precisamente a ello.
El
comienzo de la película es extremadamente confuso. Los continuos saltos en el
tiempo, la ausencia de diálogos y la presencia de la actriz Tilda Swinton —cuya
inexpresividad potencia la sensación de confusión—, me tentaron en varias
ocasiones a apagar la televisión. Pero merece la pena soportar el primer cuarto
de hora, porque entonces se empieza a «disfrutar» de una cinta que aterroriza,
pero de forma sutil, de forma turbadora.
Poco a
poco uno va entendiendo la inexpresividad de Tilda Swinton (que hace una gran interpretación) y poco a poco la historia se va desenrollando
para mostrar el origen del mal, como si de una novela de Faulkner se tratara. También
contribuye a ello el magnífico y joven actor Ezra Miller (al que ya se analizó
en Las ventajas de ser un marginado). Un prodigio de artista que con una simple
mirada es capaz de poner los pelos de punta al tipo más duro. Especialmente dura
es la escena en la que el adolescente mastica una fruta con perversa maldad,
sabiendo perfectamente que su madre es capaz de entender que la fruta no es más
que una metáfora del ojo de su hermana.
Quizá a
la película le falten algunos elementos para saber si se trata de una crítica a
la sociedad del éxito, a la educación que damos a nuestros hijos, a la excesiva
permisividad que, en este caso, se concretaría especialmente en el papel del padre
(John C. Reilly). Unos elementos que se intuyen pero que le faltan fuerza para
considerarlos con demasiada seriedad. De lo que no cabe duda es de saber que
estamos ante una película que no se recrea en las manifestaciones del mal, sino
en su proceso de gestación.
Turbadora.
Como el origen del mal, como los misterios del infinito e incondicional amor de una madre.
Un consejo: Es una película no recomendada para aquellos que estén pensando en tener un hijo.
El mejor consejo: Regalen libros a sus hijos en lugar de juegos susceptibles de convertirse en armas.
Un consejo: Es una película no recomendada para aquellos que estén pensando en tener un hijo.
El mejor consejo: Regalen libros a sus hijos en lugar de juegos susceptibles de convertirse en armas.
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