viernes, 26 de junio de 2015

Invisible

Vislumbrando a un gran escritor.

Paul Auster es uno de los escritores más aclamados de nuestro tiempo. Además de autor de un buen puñado de novelas y otros textos literarios, es guionista, director de cine y el flamante ganador de muchos prestigiosos galardones, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

Hoy tengo que confesar haber sufrido un cierto síndrome de desinterés hacia su obra. Pese a las numerosas recomendaciones recibidas de un lejano tiempo a esta parte, por amigos y familiares bien entendidos en esta afición (¿a extinguir?) de leer libros, siempre me he resistido a darle una oportunidad. Únicamente lo hice una vez, hará unos años, en un tiempo en que me documentaba sobre todo lo que tuviera que ver con el universo de Lewis Carroll. Entonces fue el turno de Ciudad de Cristal, y si bien no me disgustó —de hecho reconozco en la novela muchas virtudes de indudable interés—, no dejó en mí el poso que quizá esperaba o supuestamente merecía.

Sin embargo, soy persona dispuesta a perseverar en cuanto a lo de dar oportunidades se refiere. Tenía que hacer un segundo acercamiento. Y esta vez la opción elegida fue Invisible, una de sus últimas novelas. No sabría justificar la causa de esta elección. Creo recordar que puse en Google aquello de “mejor novela de Paul Auster”, por ir a lo seguro, y descubrí que la crítica —al menos la que Google catapulta con complejos y secretos algoritmos a los primeros lugares— no se ponía de acuerdo. Mientras que unos denostaban su Trilogía en Nueva York, otros la aclamaban, y así ocurría prácticamente con todas sus novelas. Supongo que la sinopsis de Invisible me atrajo lo suficiente como para imponerse sobre el resto en el imaginario primer lugar del montón de libros pendientes de leer, montón cuyo orden viene determinado, casi siempre, por un algoritmo todavía más intrincado y misterioso que el de Google.

Una vez terminada, mi principal conclusión es que Invisible es una novela curiosa. Este el primer adjetivo que ha venido a mi cabeza cuando he pensado en ella. Desde el punto de vista formal, la obra está estructurada en cuatro partes, narradas con diferentes estilos y desde distintos puntos de vista. En mi opinión, esta variedad de estilos y la estructura narrativa es lo más interesante de toda la novela. El libro destila oficio de escritor por los cuatro costados. La trama me ha parecido floja, los personajes no me han inquietado ni conmovido, y en algún momento me ha parecido que el argumento se estiraba artificialmente como un chicle desgastado, pero de lo que no hay duda es de que Paul Auster es un maestro en cuanto a narración se refiere. Domina la técnica a la perfección y sabe alternar narradores y estilos con una pulcritud realmente admirable. Parafraseando a Hemingway, el señor Auster sabe escribir en prosa.

Desde un punto de vista más comercial, el argumento de Invisible trata de jugar con elementos que den cierto interés a la historia: un asesinato, infidelidades, una relación incestuosa y, sobre todo, unos personajes que de diferentes formas pueden calificarse como seductores. La novela también tiene un trasfondo, para mí poco explotado, sobre quién dice la verdad, al punto de que la historia se transmuta en ambigua, y permite al lector cuestionarse sobre todo lo que le han contado los principales personajes.

Me temo que de nuevo Paul Auster me deja un poco frío, desconcertado, como ya ocurriera tras leer Ciudad de Cristal, aunque una vez más vislumbro a un escritor de gran talento al que, quizá en breve, deba dar una nueva oportunidad. Agradeceré entonces cualquier recomendación para no tener que recurrir una vez más al oráculo de Google.

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