El mejor gol de una final.
Hoy voy a hablar de
fútbol. Sé perfectamente que abordo un tema recurrente en cualquier charla de
amigos, vecinos, compañeros de trabajo, en los informativos…, vamos, en
cualquier sitio donde se reúnan personas con ganas de darle a la lengua,
especialmente si son hombres. Pero quizá no sea tan habitual tratar de escribir
sobre fútbol y darle un cierto toque literario. Aunque hay algunos grandes
escritores como Camus o Galeano que nunca se avergonzaron de manifestar
abiertamente su pasión por este deporte.
Voy a hablar de
fútbol porque una noticia ha destapado el baúl de mis recuerdos. Hace algunos
días vi en el telediario que un periodista publicaba un libro con los mejores
goles de la historia. Y gracias a esta noticia (por cierto, un poco estúpida)
rememoré algunos de los mejores goles que he vivido. Sin despreciar el gol de
Iniesta, sin duda el más importante de mi vida porque supuso que España se
proclamara campeona del mundo, o el gol de Mijatovic, quizá el que más haya
celebrado y que le dio la séptima Copa de Europa al Real Madrid, el gol que voy
a tratar de narrar ocurrió hace más de dieciocho años, concretamente el 10 de
mayo de 1995, pero se quedó grabado para siempre en mis retinas. Efectivamente,
voy a hablar del gol de Nayim, el mejor gol que se haya marcado en una final,
el gol que supuso que el Zaragoza le ganara la Recopa al poderoso Arsenal, que
defendía título.
Estábamos a falta de
treinta segundos para que terminara la prórroga. Todo parecía indicar que se
resolvería en los penaltis. Cedrún (el altísimo portero del Zaragoza) jugueteó
un poco con la pelota, la plantó en el suelo y le dio uno de esos pelotazos buscando
algún fallo en la defesa o simplemente poner la suficiente distancia de por medio
entre el balón y la portería que defendía. El balón se pasea tranquilamente por
encima de Poyet, bota y va hacia la cabeza de Linighan, que lo despeja
erróneamente hacia el pecho de Nayim. La pelota bota de nuevo dos veces y
empieza el espectáculo.
Mohamed Ali Amar Nayim
(que por lo visto traducido al castellano significa «el afortunado») estaba a
cuarenta y nueve metros de la portería. Quedaban apenas unos segundos para que
finalizara la prórroga. El propio Nayim confesó que su primera intención fue pasársela
al delantero Esnéider, pero vio que estaba en fuera de juego. Después ya no dudó más,
aunque nadie se podía esperar que ocurriera algo así. El propio José Ángel de
la Casa —el comentarista de Televisión Española— empezó a decir «Y Nayim lo que
ha intentado es…» Parecía que la frase acabaría como «…es una locura». Pero Nayim sabía lo que hacía y
ni José Ángel de la Casa ni nadie más lo sabíamos. Vio al portero del Arsenal
adelantado y lanzó un zapatazo con una parábola perfecta, de ésas que salen
sólo una vez en la vida. Seaman, el arrogante guardameta del conjunto inglés,
saltó mal, un poco antes de lo que debería y a pesar de tocar la bola, no fue
suficiente para impedir que la pelota acabara dentro en la portería.
El partido se había
acabado. Todos lo sabían. Y el Zaragoza había ganado la Recopa gracias a un gol
prodigioso, de los que nunca se olvidan.
Las reacciones no se
hicieron esperar. La cara de imbécil que se le quedó a Seaman no tiene precio. El
portero inglés nos caía mal a todos los españoles, aunque no me acuerdo del
porqué. El equipo de un entonces joven Víctor Fernández jugaba al fútbol que
daba gloria verlo, y mereció ganar aquel trofeo. Yo, que no soy del Zaragoza,
me sentí maño por unos días.
El fútbol no es como
el baloncesto, que cuando se va a cumplir el tiempo, el jugador lanza la pelota
desde donde se encuentre, intentando un triple imposible. En baloncesto algunas
veces se logra. En fútbol apostaría a que sólo se ha logrado una vez. Y lo hizo
Nayim. Cuando Nayim pateó de forma perfecta el esférico, debió pensar que si
uno cree en lo que hace, el triunfo es posible. Aunque parezca lo contrario. Lo
mismo debieron pensar en la localidad zaragozana de Trasmoz, que le dedicaron
una calle al «Gol de Nayim», al mejor gol que se haya visto en una final.
que golazo, no lo conocía en verdad... y ganarle a los ingleses es lo máximo, sino decime a mí con el recuerdo d Maradona en México... al comienzo del video lo ví a Cáceres, gran defensor, que hoy en día esta en silla de ruedas si no recuerdo mal por un balazo en la columna en un robo...
ResponderEliminarlo que valoro es la decisión de hacer algo así, impensado... te dejo uno de mi club Boca Juniors y de Palermo, que jugó en España sin suerte, pero tenía esa decisión que pocos tienen... por algo su apodo era El Loco....salu2....
https://www.youtube.com/watch?v=-nQTi88fvzM