¿No os ha pasado que
a veces alguien os pide que le recomendéis un libro y no sabéis qué contestar?
Suele ocurrir con esas personas que os advierten de antemano: «Pero que no sea
muy largo. Alguno fácil de leer». Es entonces cuando uno cae en la cuenta de
que sus libros favoritos no son fácilmente recomendables, y le asalta la
sospecha de que si se atreve a citar cualquiera de esas novelas que le
fascinaron, van a acabar abandonadas irremediable e inmisericordiamente a las
primeras de cambio.
Hoy creo que he
resuelto ese problema. Por fin he encontrado un libro cortito y fácil de leer, sin
que por ello pierda la condición de ser una obra maestra.
John Steinbeck se
consolida así como uno de mis escritores favoritos. Los temas sociales que
aborda en sus novelas, que suelen centrarse en la Gran Depresión de los años
30, se han vuelto demasiado actuales en los tiempos que corren para no
convertirlos en libros de cabecera. Dolorosamente actuales.
Empecé hace algunos
años con uno de los trabajos menores del Premio Nobel norteamericano: Tortilla Flat. No estaba mal para
empezar, pero todavía estaba lejos de sus mejores trabajos. Después le siguió La Perla, en la cual ya están presentes
todos los elementos de su prosa sencilla pero descarnada. Y luego vino lo mejor:
Las uvas de la ira y Al este del edén. Ambas son excelentes, a
pesar de que Mario Vargas Llosa considere que ésta última, que merece su
elogio, es una «mala novela» (ver su fantástico ensayo La verdad de las mentiras).
Y, por último, le ha
tocado el turno a De ratones y hombres.
Empezó a llamarme la atención cuando Sawyer, uno de los personajes más
carismáticos de la serie Lost, la
citaba en un par de ocasiones. Incluso se refería a esta novela como su
favorita. Como de cuando en cuando me doy el capricho de leer a Steinbeck,
consideré que había llegado el momento.
De
ratones y hombres me ha parecido sencillamente excelente.
A pesar de su brevedad aborda de manera magistral todos los elementos de una
buena novela. Y ello combinado con la intensidad y profundidad que suelen tener
los grandes relatos. Sinceramente, creo que estamos ante una obra maestra.
La novela cuenta la
historia de George y Lennie, dos trabajadores del campo que en plena Gran
Depresión van de rancho en rancho ofreciendo sus servicios. El libro es un
canto a la amistad, a la esperanza, a la integración, a los sueños, a pesar de
que la historia sea dramática y su desenlace terriblemente trágico.
He visto que es uno
de los libros que obligan a leer en muchas escuelas de los Estados Unidos. Me
parece una elección excelente, no sólo por la agilidad de su prosa, los valores
que transmite, sus diálogos excelentes… (¡Ojo!, no quise decir buenos, sino
excelentes, magistrales). Es una novela que sin duda puede hacer germinar la
pasión por la literatura en los estudiantes norteamericanos. Y no sólo en
ellos. En cualquier persona que se decida a sumergirse entre sus páginas.
Por eso, ya tengo el
libro perfecto para recomendar este verano. La única pega es que se puede leer
en un par de días, y el verano es muy largo. Si así ocurriera, y se encontraran
ante un verano desierto de propuestas literarias, vuelvan a pedirme una
recomendación.
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